Yo, que todavía guardo las cañas de pescar de mi abuelo, intentaré poder expresar lo que es la pesca para mí. Pudiera parecer que no, pero me va a costar más de lo pensado, y el motivo es simple: es algo personal que llevo dentro y que me hace estar en paz.

Pescar es un cúmulo de sentimientos y sensaciones que me permiten desconectar no sólo de mi día a día, sino de todo lo que tenga en la cabeza o en el corazón en esos momentos.
Algo que tal vez pueda dejaros atónitos es que, para mí, no tiene por qué implicar tirar un señuelo dentro del agua y conseguir un pez que ensalabrar.
El simple hecho de estar metida en el agua con el wader, de observar el entorno, de percibir la paz y la tranquilidad que me permiten conectar conmigo misma, es lo que prevalece.

A modo de resumen, la pesca me proporciona una felicidad máxima que he sido incapaz de encontrar en cualquier otro lado.
Y si a todo esto le sumamos la suma de recuerdos que proporciona, la cantidad de sensaciones que descubres , aquellas tantas que sabes seguro que quedan por descubrir, los lugares recónditos y mágicos a los que llegas, y la gente que te acompaña en el camino, no existen palabras suficientes en el diccionario capaces de describir lo que es la pesca para mí.